formas
El pasado sábado la orquesta de la ciudad impar puso fin a su temporada programando la novena de Beethoven en clave de gran fiesta para el que ha sido su director titular durante los últimos años. Al menos así lo entendí yo y allí que fuí con la ilusión intacta para oír algo tan viejo como nosotros mismos: el corazón de Europa frente a la devastación de los mercaderes. Me equivoqué. No pasa nada, que dice mi sobrino pequeño cuando oye truenos. Verán: a una señora le sonó el móvil, un señor se pasó la sinfonía haciendo fotos , un matrimonio llevó a su bebé para conociera la experiencia y los amigos del orfeón navarro dieron en bravos que oscurecieron la despedida del discreto Director que ha mejorado la orquesta desde la la falta química con ella.
Salí todo rápido para olvidarme del asunto y ver el segundo tiempo de España y ayer, con mas calma me vino a la cabeza el pasaje de un película que sostenía la razón de mi enafado. En " El gran silencio " , un trabajo del director alemán Philip Groning que cuenta la vida en el gran monasterio de cartujos de los Alpes franceses hay un momento de conversación explícita entre los monjes en la joranada anual de asueto. Están discutiendo sobre la necesidad de lavarse las manos a la entrada del refectorio que ha decaído en otros lugares de la orden. Uno de los jóvenes monjes dice :
Sin los símbolos, sin los signos y las formas no somos nada, estamos perdidos en medio de un desierto. Las formas nos ayudan , nos hacen ser. Son los simbolos los que nos sostienen. Algo así, estoy citando de memoria.
Nadie sabe el daño que puede hacer levántandose de una mesa antes de tiempo, cruzando ostentosamente un semáforo en rojo, vulnerando un silencio. violando una ceremonia.
Lo que sucedió el otro día en el concierto es un signo de los tiempos. Los protagonistas espero que no lo sepan y alguién pueda , todavía , enseñarselo. De lo contrario estamos perdidos, o ha llegado el momento de atrincherarse.
Salí todo rápido para olvidarme del asunto y ver el segundo tiempo de España y ayer, con mas calma me vino a la cabeza el pasaje de un película que sostenía la razón de mi enafado. En " El gran silencio " , un trabajo del director alemán Philip Groning que cuenta la vida en el gran monasterio de cartujos de los Alpes franceses hay un momento de conversación explícita entre los monjes en la joranada anual de asueto. Están discutiendo sobre la necesidad de lavarse las manos a la entrada del refectorio que ha decaído en otros lugares de la orden. Uno de los jóvenes monjes dice :
Sin los símbolos, sin los signos y las formas no somos nada, estamos perdidos en medio de un desierto. Las formas nos ayudan , nos hacen ser. Son los simbolos los que nos sostienen. Algo así, estoy citando de memoria.
Nadie sabe el daño que puede hacer levántandose de una mesa antes de tiempo, cruzando ostentosamente un semáforo en rojo, vulnerando un silencio. violando una ceremonia.
Lo que sucedió el otro día en el concierto es un signo de los tiempos. Los protagonistas espero que no lo sepan y alguién pueda , todavía , enseñarselo. De lo contrario estamos perdidos, o ha llegado el momento de atrincherarse.