Diario de un editor

25 septiembre 2006

ultimidad

Hace unos días pasaron por televisión una entrevista con Jhon Sobrino, un jesuita de renombre en eso que se dió en llamar teologia de la liberación. Habló sobre un concepto que el llamaba " ultimidad "y que guardaba, según él, relación con la pobreza. Algo así como que en los pobres se encuentran las razones últimas de las cosas, los sentimientos y los valores en estado puro. Los pobres como guardadores. como garantes del género humano en su versión mas noble.
En estos días, una vez mas, los animales nos recuerdan que en ellos tambien, sobre todo en ellos, descansa esa ultimidad de lo que nos es propio. Sin libertad para intentar desmarcarse su leatad permence hasta el último aliento, incombustible como la zarza bíblica. Allí esta su lealtad intacta mientras el amo le golpea hasta la muerte. Allí están ellos, los caballos, sorprendidos del abandono, tras el cercado soñando quizas con un mundo de correrias sin límites mientras las ulceras de la lealtad les van matando de la manera mas atroz que pueda imaginarse en un pura sangre.
No hay mayor crueldad que afear la dignidad de un amimal. Vejarle. Pegarle.
Una vez iba yo por el campo y vi a un cazador pegar bestialmente a su perro que había fallado una presa. Le daba puñetazos en la cara y el animal emitía un sonidos terribles que yo entendía mezcla de sorpresa y dolor total ante lo inexplicable. Sufría.
Me escondí para no ver y que no me vieran. Luego resultó que yo le conocía. Era un hijo de puta. No podía ser de otra manera.
Hay que escribir sobre esto y dejarse de cursilerias.

17 septiembre 2006

otoño

Ha llegado la primera luz del otoño. Es inconfundible. Es una luz que se ve mejor reflejada, que con su fuerza especial hacer mas bonitas las cosas; las transfigura. Es una luz que mira mejor en las horas inmdediatamente posteriores al mediodía y que adquiere su verdadera importancia cuando te da en la espalda, de la misma manera que la luz de junio tiene como virtud que te acariacia la cara y que es luz incluso cuando se ha ido. La luz de otoño anuncia que se va desde que la miras y produce esa sensación tan íntima de aprovechar el momento, vivir la vida, gozarla y alabarla.
A fin de cuentas yo practicamente me crié de adulto en un monasterio muy bonito, y cuando a todos les parece que hace frío, o calor, o muy malo, yo siempre tengo la sensación de que hace lo que tiene que hacer y que, gracias a Dios, yo puedo contarlo.

Otro tanto me pasa con los libros : me gusta leerlos, escribirlos ( menos ), hacerlos, regalarlos o venderlos. Ahora ando entre ellos, como siempre, leyendo una maravillosa historia de amor y oscuridad, escribiendo uno en favor de la política, construyendo ese mismo en una larga entrevista que me devuelve a los dulces territorios de la amistad, regalando la obra de Shet como el último secreto compartido, viendo como vender o cobrar ( no se que resulta mas dificil ) porque las arcas de la editorial van teniendo tan pocas ilusiones con cifras.

Nunca he sido bueno en lo mío. En lo otro, puede, pero en lo mío, una nulidad. Un trazas.
No importa, pronto llegará el tiempo de los níscalos.

11 septiembre 2006

el mapa de la amabilidad

No llega el otoño. La gente no sabe decirlo pero están esperando el cambio, la llegada de la cazadora, los dorados sobre el río, y los pinares con las setas. No llega. Lo importante del tiempo son las estaciones, los ciclos maravillosos de la naturaleza. Yo vivo en un sitio con las estaciones muy marcadas, así que en cuanto puedo hago el elogio. La alabanza en medio de la cultura de la queja.

En el mismo sentido llevo años trabajando en un mapa personal de la amabilidad, de tal manera que ya no voy a ningún sitio que pueda elegir, que no sean amables. Me da igual que sea un poco mas lejos, o mas caro, o menos bueno, yo solo quiero que sean amables. Como Pulgarcito voy dejando garbanzos para acordarme de mis sitios: la gasolinera, la libreria, el bar o la pescaderia. La pescadería es mi último descubrimiento. Da gusto ver como la señora se esfuerza en ser amable y lo consigue. Todo el mundo tendría que tener su mapa con lo cual podriamos acercar a delimitar un gran continente donde estuvieran los otros. Esos que siempre parece como que pasaban por allí y terminan diciendo una groseria.

Trabajo en estos meses en un libro amable que pretende ser una revindicación de la política como camino para desembarcar en lo ético. Una entrevista larga con un personaje importante y entrañable.

Un gesto amable. De eso se trata.