Diario de un editor

18 mayo 2009

código

La esencia de envejecer, ya se sabe, consiste en irse quedando solo. Físicamente y moralmente, que se dice muy poco. Moralmente uno envejece dándose cuenta de que pocos del resto participan de una escala de valores lejana que algún día creimos única e inamovible.
El código rojo de mi época era más o menos amabilidad, talento y una cierta implicación personal en la acción, que llamábamos compromiso.
Hoy con eso no se compra ni una ristra de chorizos para guisar. Con eso te llaman señorito, te torean y te crucifican en cuanto dudes un poco.
Uno se va quedando solo mirando sus referencias como quién mira un fuego poco antes del amanecer y con todo el camino por delante. La vejez es una aventura tremenda donde se nos es dado ver las nubes por dentro. Una vez que sucede eso, comienza lo otro.
Pensando en la amabilidad, en el talento y en el compromiso, se me va la tarde y pienso como va oscureciendo, tan callando.

11 mayo 2009

lluvia

Desde mi despacho/ jaula veo la lluvia de mayo que pone los verdes de los árboles del color que uno quiera imaginarlos. Son verdes brillantes, jóvenes, verdaderos, sabedores de su fugacidad y de su encanto. Todo el mundo debiera haberse sentido alguna vez como los verdes de mayo, llovidos a conciencia por un chaparrón lleno de alegría.
En mayo llueve cuando quiere. Casi mejor, llueve cuando le da la gana. De pronto, como sale una liebre encamada, como se ven en estos días las primeras parejas de perdices tan chulitas, por delante del coche , sin mosquerase lo más mínimo.
Llueve de enamorados, de carreras breves y risueñas para buscar cobijo, para dar con el soportal o con el bar amigo. Llueve llevándose por delante lo que tenemos de viejo. En Cortijo Grande, lloverá mansamente, mojando a conciencia la vida del valle y liberando el azahar de los pequeños huertos de naranjos.
Llovera en la hoz del Huecar, en la Rambla de Cataluña, en la colina de Taizé y en los canales de riego del pinar de Antequera. Tiene que llover, tiene que llover a cantaros que dijo cantor.
La lluvía de mayo, tan a su aire, tenía que se obligatoria y arrastrar con ella lo que no nos deja vivir. Lo que nos tiene atados.
Josep Plá hablaba muy bien de estas cosas. Se quedaba quieto y veía pasar la vida. La lluvia de mayo. La lluvía de abril y el sol de mayo, como quieran.

05 mayo 2009

incombustibles

Acepto la presentación de una jornadas de la memoria histórica memoria sobre la transición en la ciudad impar porque hace unos años publicamos un libro al respecto, y poque me lo pide mi hermano Javier, viejo militante del PCE que casi le quita la vida. Me termina de convencer una joven profesora universitaria , coordinadora de la actividad, en un bonito paseo por el campo a base de inteligencia y amigos comunes.
Desastre total. Aparece una señora que presenta un documental sobre la época con la siguiente teoría : el golpe triunfó y desde entonces vimos de rodillas , bajo la bota de los militares, oligarcas y el fantoche del rey ( todo literal ). Las revindicaciones del pueblo y de los pueblos de España duermen el sueño eterno por falta de conciencia revolucionaria. Todo está pendiente.
Cuando terminó la cosa eran las diez y diez de la noche, sin coloquio, claro. No había tiempo. Lo mas que les dije es que yo no iba a cenar porque tenía que levantarme pronto.
Lo digo desde aquí:
Soy un espeñol de perfil bajo. Necesito de los partidos de fútbol para sentir la bandera y el himno. No me siento secuestrado por ninguno de los que dice la señora. Tengo al Rey como un buen símbolo de lo que ha pasado y le agradezco su trabajo. Vivo en un país que me gusta tanto como la vida. Espero las estaciones con la tranquilidad de que están garantizadas y afronto los problemas de los nuevos tiempos lo mejor que puedo. Me represento a mí y voy tirando. Soy agradecido con la democracia. Gracias a ella el territorio y esta ciudad dan gusto.
De ellos mi limito a pensar que tenían que estar prohibidos. ! Joder que plastas !