Diario de un editor

22 febrero 2010

el hilo

Antes de seguir con la lectura repaso mis notas sobre la novela Heimito Von Doderer:
El señor Jefe de Sección G-ff ha recibido una sustanciosa suma hereditaria y con ello ha podido dejar su todavía prometedora carrera administrativa, y dedicarse a un trabajo, entre científico y litetario, que consiste en la redacción de un informe de situación elaborado a partir de las aportaciones de un un curioso grupo de gentes que le traen noticias de primera mano de sus vidas y de las de los otros. Corre el año de 1927 en Viena. Según sus propias palabras:
" Es un hecho que no habría más que tirar de un hilo cualquiera de la vida para que éste la recorriera por completo y en su recorrido fuera abriéndola y dilatándola hasta que los demás también se hicieran visibles, desprendiénose unos de otros; pues en un mínimo recorte de cualquier vida esta contenido su conjunto, hasta se podría decir que está inserto en cada instante en particular".
Amo las novelas río. Están en el origen mismo de mi vida de lector. Todo el mundo sabe que mi biblioteca se ha ido construyendo con la edad y guardo fotos de cuando tenía un solo cuerpo y luego dos, y así hasta ahora. En estos meses recoloco y al hacerlo me recoloco yo mismo. He abierto una estantería para las novelas río y ahora estan juntos Gironella, Martín du Gard, Zola y Anthony Powell, por ejemplo. Von Doderer se suma porqué es el mejor. Es una suerte no haberlo leído lo mejor hasta que cae en tus manos. Ea.
Una vez un hombre me envió una novela río sobre la guerra civil en la pequeña ciudad. La abrí como si fuera un tesoro y resultó que era mala. Un pena, pero puede suceder.
No es el caso, ya les digo.

08 febrero 2010

más fútbol

La televisión inglesa, la prensa del corazón y el mundo del fútbol en toda su extensión tiene la vista puesta en estos días, sin perder el más mínimo detalle, sobre el capitán del Cheslea y de la selección inglesa, John Terry. Hace un tiempo al padre del espléndido central le sorprendieron trapicheando con droga en los accesos de una estación de metro, y semanas después detuvieron a su madre robando en unos grandes almacenes. En los últimos días ha salido a la luz un episodio amoroso en el que Terry oficiaba de protagonista junto a la novia de un compañero de profesión. Ante el cúmulo de despropósitos en el que se estaba convirtiendo su vida, y lo que es peor, su cerrera deportiva, John respondió ayer de la única forma posible, jugando un partidazo, tumbando al Arsenal y dejando la liga en un concierto para dos tenores, ellos y el Manchester United.
El asunto en enlaza con la más pura tradición del viejo fútbol en las islas. Todavia recuerdo la entrevista a Ian Rush en la televisón italiana años desupúes de la tragedia de Heysel. A la conclusón el presentador urgó en los recuerdos del delentareo centro y le preguntó por lo que guardaba en la memoria de aquellos dramáticos momentos:
Que nos fue penalty, respondió seco el ídolo de Liverpool que había perdido un cero contra la Juventus en aquel maldito partido.
George Best un genio que acabó en el infierno de fuera de los estadios contestó años más tarde a un impertinente de los tabloides:
Así es. Me gasté el noventa por ciento de lo que gané en alcohol y mujeres. El resto lo dilapide malamente.
El fútbol es uno de los últimos teritorios vírgenes para los cazadores de bisontes. Las plataformas televisivas y el dinero están intentando robar los huevos de la gallina. Quieren sustituir los arpones por misiles. Hablan de comercializar el fútbol. Van listos.
Siempre anda deseando uno que le traigan un manuscrito sobre fútbol. En vez de eso viene los escritores de cajas de ahorro con biografías de las saeta rubia de turno. No saben ni lo que vale un peine.

01 febrero 2010

tarta

El nacimiento del lenguaje es un aventura apasionante. Mucho más que milinium, desde luego. Me refiero al nacimiento del lenguaje en cada niño con su nombre y apellidos, el nacimiento en su corazón y en el corazón de los otros. Su propia voz con la que va a nombrar el mundo hasta su muerte. Pocas cosas parecidas en este mundo tan lleno de pistolas y asesinos a sueldo de psiquiatras sin escrúpulos. Un amiga mía me trae unos pequeños apuntes sobre la aventura de su sobrino. Leo y cuando le digo que eso es un libro, sonrie y dice que ya lo sabía, pero que no. Que sabia. Lo importante tiene la vocación de lo discreto. Se encuentra siempre en las profundidades del ser. Las que no han conocido la publicidad, ni el miedo.
" Guillermo no dice una palabra: ya tiene quince meses y lo entiende todo. Solo se expresa con gestos y lo hace claramente para negarse: cuando no quiere algo dice que no con la cabeza y es un no rotundo, sin dobleces. Por eso, cando al preguntarle algo no niega con la cabeza y se queda mirándote, como pensando, entonces es que sí.
Un día , a la hora de la merienda le preguntamos que quería comer ofreciéndole varias opciones como jamón, yogures y otras cosas. A todas negó con la cabeza. Al preguntarle ¿ quieres quesitos ? no pudo resistir la tentación. Eran palabras mayores. Fue entonces cuando le dije ¿ quieres quesitos ?, pues dí algo, lo que sepas... y el niño sonriendo dijo: TARTA.
La confirmación de esta palabra mágica para designar cualquier cosas que llevarse a la boca o quizás aquello que le gusta comer fue dos o tres días más tarde al ver asomar por unas bolsas las barras del pan. Le tenía en brazos y se giró para señalar con su dedo acusador al tiempo que decía TARTA, convencido de que no se equivocaba, de que aquello sabía bien lo que era.
Pero lo que más gustó cuando Guillermo dijo TARTA varias veces seguidas fue su voz. Conocer como era su timbre. El tono y el saber que era la suya, supuso, como cualquier descubrimiento, una gran emoción. Al escuchar su voz infantil, y sobre todo al recordarla, me emocionaba, porqué sabía que era reconocible entre otras. Entre todas las demás. Era la voz de Guille ".
Eso es un libro y lo demás son hostias. Ustedes me entienden.