Diario de un editor

27 junio 2011

tribulaciones

La escena tiene lugar el último domingo por la mañana en un mercadillo de Santander. El editor está buscando encuadernaciones de piel de los años cincuenta. El puesto lo regenta un calé ceremonioso y en autoridad que habla con otro que se encuentra del lado de la clientela. Se manejan en un lenguaje bíblico que los delata como seres del "curto". El que tengo al lado está gastao, lleva melena de rizos a punto de caerse, grandes ojeras de bolsa y tacón para llegar al uno cincuenta. Se ve que ha corrido lo suyo.
--Las tribulaciones , Manuel, nos van matando, dice el pastor intentando aportar sentido.
-- Las tribulaciones y los fritos. A mi siempre me han hecho daño los fritos, primo, contesta el palmero.
A lo enfermos lo que nos mata son los fritos. Con el resto se puede pero los fritos nos llevan a huerto por lo derecho. El enfermo, el hombre, tiene que pechar siempre con las explicaciones de los otros en medio de sin sentido. La enfermedad como desorden es ententida por los otros como expresión evidente de la culpa y así el enfermo carga con la nueva nuevo culpa de no curarse por no hacer lo que se le dice.
Son los fritos , sin embargo los que le están matando.
Nadie sabe de la importancia vital de los médicos de familia. En medio de la gran catástrofe del tiempo, siempre tiene uno la oportunidad de agarrarse a su sentido común y a su entereza.
O el médico de cabecera o un gitano. Fuera de ellos no hay quién sepa hacer un chiste entre un estímulo y una respuesta.

22 junio 2011

Bonito

Un profesor universitario aficando en Sevilla me cuenta una anecdota de Curro Romero en pleno invierno del patriarca.
Mi amigo, titular de Derecho Constitucional en el corazón del arte, tiene bula de presencia por su defensa de la fiesta y su furor de aficionado. Me dice que Curro es ya un santo en vida, que la gente le saca los niños cuando pasa por la calle para que los toque, que todos sus movimientos son medidos, elegantes, definitivos; que juega mucho al dominó y que a veces torea de salón el solo en su casa. El león en invierno, ya les digo.
El caso es que en una comida íntima a la que asistió mi amigo alguíen le dijo al maestro que que era lo más difícil.
Ni el miedo, ni la muerte, ni tenerte que buscar la gloria, ni la edad, ni el contrario, dijo el de Camas. Lo mas difícil es estar bonito. Y se quedó tan ancho.
¿ De dónde nos viene a la gente este arranque de erguirnos en plena dificultad, cuando la bicha nos enseña la cara ? ¿ De donde nos sale el tronio frente a la ofensa ? ¿ de dónde el ponerse la mejor camisa cuando el cuerpo ya no quiere acompañarnos ? ¿ Dónde nace la ética de la estética ?
Sevilla es la ciudad del mundo donde el arte tiene la mejor cotización en bolsa. En Sevilla no es na ser Ingeniero Aereonáutico, ni profesor de Constitucional, ni rico . En Sevilla si tiene arte pasas primero y luego se forma la cola. En el límite, ese arte limita con el estar bonito de Curro. Ajustarse la montera, mirar de frente y andar despacio.
Cuentan de Francisco I que viendo correr a sus soldados en la batalla de Pavia gritaba enloquecido:
¿ pero que queréis ? , ¿ vivir eternamente ?.
A lo mejor un libro de relatos de esta casa sobre nuestra relación con los animales se presenta en La Maestranza. Sería una de esas emociones por la que merece la pena haber vivido.