Diario de un editor

07 octubre 2011

nostalgia

Circula por la red desde hace un par de semanas una recomendación para ver un video de ópera. Se trata, quizás , de la más famosa escena de todos los tiempos: los hebreos esclavizados están a las orillas del Eúfrates en Babilonia. Su anhelo de libertad , la añoranza de la patria se condensa en la música, y las voces entonan " va pensiero sull, ali dórate ..... ". Canta el coro del metropolitan house de New York.
Lo malo no es que canten , ni que suene Verdi, ni que el montaje impresione. No es eso. Lo malo es que las cuarneta o cincuenta personas del coro están tan dentro de lo que cantan que parece que de su pecho sale el grito más grande y más viejo de la historia: ! Libertad !.
Debo de reconocerles que es la primera vez en mi vida que he pasado del pellizco del arte a las lágrimas mondas y lirondas rodando por mi rostro en homenaje a tanta grandeza.
El atronador aplauso del público, el bis del área inmediato, el rostro de esos personajes espero que me acompañen el resto de mis días. Hasta la muerte.
! Oh mia patria !, sollozan.
¿ De que nos habla el arte que nos produce tales emociones ? ¿ Que añoramos ? ¿ Que río queremos cruzar los hombres para llegar a nuestro destino ? ¿ De donde nos viene esa nostalgia de libertad que nada ni nadie lograr colmar a lo largo de nuestros días ?
No tengo dinero para ir a New York a ver esa ópera. Si lo tuviera recorreria el mundo para verla.
En el derecho inglés existe la agravante de nobleza. Si un noble, al que se le supone una educación esmerada por sus posibles, comete un delito , la pena impuesta será más grave que la que a mi me impondrían.
Después de ver el video uno siente la obligación de ser mejor. Apenas logra comprender como es posible que los ejecutivos de los grandes mercados salgan de allí y sigan robando.