Diario de un editor

27 febrero 2013

Unos y otros

Werner Arber, el premio Nobel de Medicina, acaba de decir algo, sacado de su propia experiencia, que me resulta especialmente cercano :
" Una maravilla la perfección de la naturaleza. Me he pasado la vida intentando captar su lógica y persuadido de que hay algo fantástico e inalcanzable que mantiene la armonía del mundo".
José María Castillo, el teólogo español quizás más cerca de la hoguera, ha dicho también , hace un suspiro, que es vano el intento de hablar de Dios, de intentar alcanzarlo, nombrarlo, atajar sus destellos. Ha dicho que solamente desde la experiencia del otro tenmemos alguna oportunidad de entrar en contacto.
Unos y otros. Lucha y contemplación. Colina de Taizé amaneciendo, mientras los cánticos de la comunidad y de sus acompañantes agradecen los primeros olores de primavera.
El resto , polvo sin rumbo. Negación absoluta del razonamiento . Inútil basurero de cigueñas.

18 febrero 2013

paseos

A bote pronto los paseos o son por  ciudad o son por el campo. O son terapéuticos, o de gozar. O son de hablar, o solitarios. De cualquier foma es difícil encontrar un buen acompañante. Hace falta años y cualidades para formar un buena pareja de paseo. A veces  voy con un viejo amigo al que le gustan los márgenes como itinerario.  Al final de la ciudad y donde empieza el campo. Es un experto. En los márgenes , sostiene, pasa de todo.
Estuvimos primero en un campo de fútbol viendo infantiles y luego me llevo por los últimas casas buscando el río. Cuando se acababan vimos llegar desde lejos a un joven descompuesto, vomitado directamente de la noche, desencajado, a punto de derrumbarse, que nos pregunto por un perro blanco. Parecía al borde del llanto mas profundo y estuvimos con él un poco pidiéndole detalles del perro para ver si con la conversación se recuperaba un poco. Nada . El insistía y nosotros no sabíamos como decirle que no , que no  habíamos visto y que , a lo mejor, él tampoco.
Luego nos llegamos hasta un cerca y buscamos un descosido para colarnos y de allí fuimos andando hasta la pescquera del rio. Enfrente , en un hotel de muchas estrellas y mucha moda,  vimo a un novia haciéndose la foto. También vimos los enormes árboles arrastrado por la corriente y varados , como molinos de viento, en el accidente del terreno. Eran como fantasmas de un cuento extraño e inquietante.
Cuando volvimos a la vereda , poco después, dimos con un almendro jovencísimo que parecía haber brotado minutos antes, flores minísculas, bellísimas, en medio de la mañana de febrero. Fue entonces cuando Luismi me contó la historia:
Hace algunos años había plantado en el jardín de casa una almendra que se había encontrado en el paseo. Había crecido y por segunda vez tenía flor. Había florecido. Las dos veces había florecido el día antes del cumpleaños de su padre fallecido en el año que él había plantado su fruto. Fue tan bonita la narración que estuvimos callados mientras duró el verdejo.  Una suerte que no lleváramos dinero para tomar otro. Me fui a casa con la sensación de haber estdo en medio de un milagro.

13 febrero 2013

Tierras rojas

Por las tierras rojas de Tarancón, primer almendro en flor. Fiel a su cita, como cada año, camino de levante, una de las sorpresas del año. No por esperada menos sorpresa, como las cosas grandes. Era un almendro viejo, estaba solo , tenía una puesta ne escena muy poco aparatosa, humilde, segura, pedía una distancia más corta pero desde el coche no era posible.  Pensé en los pobrecitos del AVE y luego en lo que habría apuntado una paisano sobre de mi propia pobreza,  mi incapacidad de detenerme y darme cuenta que al nada me impedía hacerlo y dar importancia a lo que realmente la tiene. El primer almendro, ! santo Dios , la de veces que van ya fijándome en el primer almendro !.
Las tierras rojas de Tarancón  merecen la lentitud. El descubrmineto de la lentitud es algo invitable si se quiere ser alguién. Cuanto antes te la enseñen mejor. Son tierras en medio de nadie, profundamente azafranadas, hondas, generosas, llenas de lo que esconde la tierra y no sabemos nombrar. Tienen también la gracia especial para la materia de los vinos estupendos. Hay vinos de un encanto especial en esos pocos kilométros de carretera: Finca La Estacada, sobre todo como enseña, y otros más pequeños, como Campos de Tamariz, ( no recuerdo bien el nombre agradecería la corrección ) bodega familiar y coqueta con una calidad tan profunda como la tierra donde asienta.
Hay que pararse. A veces te para la vida, pero suele ser un precio caro. Es mejor tomar la decisión de hacer todos los altos que nos pida el camino , levantar la cabeza y cantar las alabanzas. Cuando el primer buche de uno de esos vinos entra ern una boca limpia trae tantos recuerdos que uno se da cuenta de que esta vivo y que vivir es mas complejo, más rico, que lo que nos muestra la prisa, siempre tan poco certera como baldía y triste, que subrrayó el poeta.
Miércoles de ceniza, pronto la floración de los almendros llegará , incluso , a la pequeña ciudad . Les mantendré informados.

04 febrero 2013

Vidas ajenas

Cierro el fin de semana atrapado por un libro singular, un valor fuera de mercado. " De vidas ajenas " , cuyo autor es un francés llamado Emmanuel Carrére y publicado por Anagrama el año pasado. Un crítico ha dicho algo que suscribo:
" Si van a leer un solo libro este año , que sea este ".
En medio de un atracón de títulos que me he metido en le mes de enero, y que mi memoria ha cerrado como si no hubiera pasado nada, de pronto este destello, este cruce de trenes en medio de la estepa. Uno a veces se encuentra con lo que estaba buscando.
Montado al más puro estilo del nuevo periodismo americano, como si de Truman Capote se tratase, Carrere da cuenta de un encargo recibido: el de contar la vida de unos personajes secundarios, valientes, entregados, actuales, lejos de cualquier icono mediático, cogidos en la desgracia de la enfermedad o la simple tragedia:
" Era un encargo y lo acepté, dice el autor. Empecé, pues , a contar la amistad entre un hombre y una mujer, los dos supervivientes de un cáncer, los dos cojos , y los dos juces, que se ocupan de asuntos de sobreendeudamiento en un tribunal de primera instancia ".
Al desbrozar el encargo, al trabajar para hacerlo cierto, el autor no hace otra cosa que abrir una vía de solidaridad incondicional con la congoja insondable de la condición humana según expresión de uno de sus personajes.
La fuerza de la dignidad de este tipo de personas , la grandeza que se desprende de su fracaso o su triunfo sobre la enfermedad, la capacidad de estar solos, llenan las páginas de este hermoso texto escrito para todos con la sabiduría de conocer que a fin de cuentas no es para cualquier boca. Ayer , cuando estaba a punto de terminarlo me levanté en busca del tf y llamé a mi amigo Manuel , psiquiatra él, con quién comparto muchos más huevos con jamón que los que nuestro índice de colesterol aconsejaría. Llamaba para darles las gracias en nombre de sus pacientes a quién conozco solo de oídas y siempre sin nombre. Para decirle que en este libro se pone en evidencia la tarea de los que, como él, vuelven a poner en circulación a gentes a quienes han enseñado a vislumbrar en su propia persona, la incomprensible furia de la maldad humana, la incomprensible insistencia de la misericordia, según expresión de otro crítico literario en este fin de semana.
Estamos hechos a observar la vida desde los lugares más disparatados. De vez en cuando alguién te toma de la mano , te lleva hasta un altillo y te dice : mira. Estos son los imprescindibles.