Diario de un editor

23 julio 2013

visillos

" La abuela María Luisa se sentaba ahí, en el sillón donde estás ahora mismo", dice mi anfitriona en un momento de silencio a media tarde. Hace calor y ni siquiera el té helado y el pan con pasas logran disipar la necesidad de una tormenta que se adivina formándose por la carretera de Valencia.
Se sentaba muy coqueta y corría la cortina para mirar la vida , sus idas y venidas, las pequeñas cosas, el paso de las estaciones. Hubo un momento en que comenzaron las obras de derribo de su antigua casa que había regentado durante más de treinta años. Ya ves, menos de cicuenta metros. Tiraban las paredes y descubrían el despacho del abuelo, el comedor, su dormitorio. Yo creí que no podría aguantar , pero cada mañana corría la cortina y permanecía atenta al espectáculo de la devastación, el oscuro ruido del martilleo del tiempo. Cuando los obreros terminaron su tarea ya no volvió a correr los visillos. Decidió que ya había visto bastante. Cogió las maletas y se fue a morir a Madrid , sin hacer ruido. Como los grandes.
" Bueno mañana nos habremos marchado y lo más probable es que no volvamos a pasar por aquí", dice el protagonista de un novela que me traigo entre manos.

15 julio 2013

monjitas

Un abuelo orgulloso me cuenta la anécdota de su nieto que transita por los delicados territorios del nacimiento del lenguaje. Verán :
la niña va por la calle con su abuelo cuando avistan dos monjitas camino de sus cosas. Ellas van tan ricamente ajaezadas, con sus manteos y sus tocas, su caminar de pajarito, siempre un poco acelerado, su ir y venir de abejas trabajando fuera de casa, en un ajetreo sin objeto aparente. El niño las mira estupefacto y de pronto se vuelve y dice a su abuelo:
-- ¿ Comen ?
¿ a que se refería la criatura ¿ Pudiera ser a su aspecto extraño que le producía miedo o pavor como si de un ogro de cuento se tratase ?. Me extraña . Hace mucho que a los niños no se les asusta con nada y los cuentos de que disfrutan están demasiado medidos como para esconder aspectos incorrectos ni vejatorios para su delicado crecimiento. hay arreglos incluso para caperucita roja como en los viejos tiempos.
Creo yo que su pregunta tenía más que ver con la sorpresa , con su falta de capacidad para catalogar esos tipos de seres vivientes que tan magnificamente logró retratar Fellini en su película sobre los recuerdos. El nilo seguramente necesitaba información de cualquier tipo para catalogar en su universo naciente a semejantes seres , a camino entre lo humana y vaya usted a saber.
He conocido varias monjitas a lo largo de mi vida. He tenido incluso amistad con un par de ellas y nunca me he sentido extraño en su presencia. Para bien o para mal me parece haber comprendido su forma de estar en el mundo y consecuentemente les he concedido mi respeto , aún sabiendo y sufriendo sus defectos tan comunes , por otra parte. Aú y con eso , entiendo al niño, entiendo su perplejidad ante unas figuras de museo soltadas en medio de la calle.
Dentro de poco pasará con los políticos. Esa es mi opinión. Así comienzan a dibujarlos ya los publicistas que son los más listos. Dentro de nada la vida les habrá barrido de nuestro entorno y como mucho quedarán los profesionales. Ese será el momento más peligroso. El momento en que creyéndonos que ya no están vuelvan a aparecer con su coches , sus banderas y sus promesas a pedirnos el voto. El momento será peligroso porque ellos representan un pleigro. Las monjitas son inofensivas, aunque coman, son inofensivas. Eso parece incuestionable. 

monjitas

08 julio 2013

Algunos caballos

En buena medida el gran tránsito de mi generación es el de la noche al día. De las madrugadas de alcohol a las mañanas de mantequilla. Del infierno de los otros, al compañero fijo de paseo con el que se habla poco porque las miradas bastan y el silencio pone  orden y concierto. En el silencio nos damos cuenta de muchas cosas, dice un amigo mío.
Las mañanas son patrimonio de la humanidad, son las horas en que pasean las gentes que no están en las estadísticas, los que han tomado ya la distancia con el consumo. En las primeras horas de las mañanas hay muy pocas cosas abiertas salvo el campo y un par de churrerías. En las mañanas apenas hay móviles, ni conversaciones por Internet. A veces corre una brisa muy suave que nos trae noticias del paraiso. Eso es todo.
El otro día en una playa del norte ameneció brumoso y caía una lluvía muy delicada como de cuento. Poco después de las siete estábamos cerca de los veinte grados y comenzaba a construirse una jornada radiante. Fuimos dando un paseo hasta el mar y allí abajao , en la arena, galopaban dos caballos, dos pura sangre, recién sacados de un sueño. Estaban tan contentos que ellos solos llenaban la mañana. Mas que entrenar hubiera podido decirse que estabn delimitando el mundo. Por unos instantes el tiempo se suspendió para nosotros. Pensé en la cantidad de años que había tardado en llegar a puerto.
Hace poco en un acto literario muy delicado, como suelen ser los grandes actos , traje a cuento a un poeta francés, Pierre Etienne, que habla mucho de caballos:

" El caballo sin palabra espera / para cruzar los días de bruma / el canto de tus palabras susurradas / en el extremo del seto /
Las palabras descubren las branquias de los pulmones, las contracciones del corazón, el estremecimiento de los músculos. Las palabras tienen nostalgia del cuerpo ".

¿ Que les parece ? . A veces pasan cosas y no nos enteramos.

01 julio 2013

efemérides

Cada vez más, las efemérides de uno tienden hacia una lista, a primera vista anárquica, de recuerdos, instantes que han quedado en la memoria  de la vida. Los listados son también el orígen y la esencia de la literatura , de modo que no es extraño que los editores tengan un tirón especial por ellos y coleccionen ejemplos como si fueran mariposas.
En la novela que estoy leyendo alguién comenta:
" se arriesgó a emprender una fuga llevándose los zapatos de charol, un vestido burdeos crepé, algunas fotos de la infancia y un pequeño medallón que su madre , al marcharse de casa, le había entregado diciendo: hagas lo que hagas no dejes para mañana las cosas hermosas".
En mi lista preferida don Fabricio , con el pie en el estribo, recuerda :
" algunos caballos , las alegres escopetas disparadas en alguna cacería, la risa compartida, los momentos de satisfacción por haber sabido dar respuesta tajante a los necios, el tacto delicado de ciertas sedas de corbata, el aspecto voluptuoso de algunas mujeres encontradas en la calle".
Los días de efemérides tienen  esa dedicación en el buscar entre lo que ha ido quedando hasta encontrar el rastro del deseo , la íntima voluntad del cazador de instantes y , así, poder retomar el hilo de la vida, siquiera un poco más hasta donde nos esté reservado.
Dejo aquí unos versos de Jorque Manrique dedicados a la memoria de su padre:
" ¿ que se hicieron las damas , / sus tocados e vestidos , / sus olores ? / ¿ que se hicieron las llamas / de los fuegos encendidos / d,amadores? / ¿ que se hizo aquel trovar, / las músicas acordadas / que tañían ? / ¿ Que se hizo aquel danzar, / aquellas ropas chapadas / que traían " /

El deseo, la falta de certeza ; el corazón del hombre.