Diario de un editor

26 mayo 2010

Tomates

La escena fundacional de mi relación con el campo me la trae una fotografía con el abuelo Basiliso en la que estoy cogiendo tomates en una huerta familiar cerca de la plaza de toros. Cuatro o cinco años por lo que veo mientras me sube u olor poderoso que engloba su sudor, la tierra húmeda y el frescor de la mata. Procuro verla poco por las cosas de la edad. Me entienden, supongo.
Cada año insisto. Hace unos días plantamos en la terraza tres posibilidades pequeñitas que darán para las ensaladas de septiembre.
Están creciendo. Lo que más me sorprende de su crecimiento es su falta de ruido. Su extraño ritmo que se parece más a la lentitud que a cualquier cosa. Su voluntad de crecer de noche en medio del silencio. Al abrigo de los secretos. Bajo el manto espectacular de las noches de Junio. de día y de noche, con su propia autoridad, sin dependencia alguna de nosotros, ellas crecen y yo me emociono cada vez que lo pienso. Me emociono al pensar desde mi despacho/jaula que los tomates están creciendo.
En un libro religioso que utilizaban de auxilio los abuelos de una nueva amiga me encuentro con el asunto en estado puro:
" Siembra tus dolores y tus fracasos y no los dejes perder. Su hermosura es grande y la virtud de su fecuendidad, poderosa. Siémbralos en la tierra de tu magnánima paciencia. Cuando tu pena se vuelva silenciosa, Dios la aliviará sin hacer ruido".
Leído decido irme de librerías a ver si logró quemar todos los volumenes de autoayuda que me encuentre. Luego me arrepiento y me llego hasta el mercado de frutas. Todo un gozo.

17 mayo 2010

inalámbrico

Me apena la situación de un hermano mío, periodista de la Ser , que debutaba ayer en el Nou Camp con un el único micrófono a pie de campo para la ciudad impar cuyo equipo , además, descendió en el evento.
Por lo que oí, tras grandes y difíciles batallas consiguieron la exclusiva de la posición, solucionaron graves problemas de retorno y forcejearon con su compañeros para finalmente acceder a las palabras sagradas de uno de los suplentes apalancado en el banquillo:
" No hay nada decidido, dijo la estrella. Habrá que luchar hasta el último minuto".
Fin de la historia, ya me contarán.
Alfaguara acaba de publicar los "Retratos y Encuentros" de Gay Talese padre del nuevo periodismo según Thomson, y me imagino que aceptado por Wolfe y Mary Mc Carthy en su mágnificos nueve reportajes sobre el Watergate, escritos toos sin entrevistar a nadie, solo pegando la oreja.
A mí lo que más me gusta de esa veta literaria es un artículo de Truman Capote sobre la jornada de una mujer que adecentaba casas de confianza y va encontrándose trozos de las vidas de los dueños que entremezcla con la suya mientras pasan las horas laborales de un día eterno.
" Siempre hará alta un buen periodista que salga a la calle para escuchar a la gente" , dice Talese en una entrevista reciente desde sus setenta años.
A mi hermano le recomendaria , si estuviera legitimado, que le dieran por culo a los suplentes y buscara en las aguas del fútbol hasta encontrar el sonido de los manantiales que guardan celosos los hombres de a pie. Los personajes. Que se alejara de la actualidad, vamos.
Lo demás es basura que unos huelen y otros terminarán oliendo.

Pd.- Del cinco por ciento de los funcionarios que tanto me preguntan, nada que objetar. Si cabe, porqué no se lo quitan también al Banco Popular, a Caja España o Banesto, por ejemplo. De los beneficios netos, por supuesto.

10 mayo 2010

Ave María

A veces, en ocasiones fugaces e íntimas, los otros nos traen noticias del otro lado. El rostro de un niño, la cara de esfuerzo y dolor de una madre, el fugaz paso de un perfume; una silueta en la noche de azahar y de naranjos, nos traen misivas, nos susurran recados que vienen de un mundo en el que nunca hemos estado pero del que tenemos certeza por un sistema viejo de enseñaciones.
También el arte cumple ese papel de mensajero. Y en entre todos la música, según dicen. Una presencia que vela por el espíritu humano.
El viernes estuve en un concierto de la orquesta de mi pequeña ciudad. Schubert y Staruss con la " inacabada" y " muerte y transfiguración " además de unos cuantos leader de cada uno. Un programa contenido, popular, apto para todos los gustos, propicio para saludar, hacer un poco de vida social y pasar un buen rato.
Al final de la primera parte la cantante se dejó caer por el Ave María de Schubert y la sala se estremeció de tal forma que el aire hubiera podido cortarse como un pastel de queso. Fue tan emocionante, tan cargado de verdad, que abandoné el auditorio y estuve paseando un rato encogido por las noticias que me llegaban del otro lado.
Cuando se me pasó dí las gracias a aquel hombre atormentado, enfermo, joven, pobre y humillado que fue el músico, y a la mezzo Angélica Kirchachlager que habían hecho de intérpretes del espíritu.
La vida es alabanza. En definitiva esa era la noticia me traían los genios.

03 mayo 2010

el caso Gurtel

Al menos tres de los médicos que han atendido en mi dolor ( familia, urólogo y oncóloga ) están implicados directamente en esta trama que retrata al país como una radiografía que apenas necesita otra interprteación que la de mantener la mirada.
Alejandro el titular de familia pasa consultas de 15 minutos entre las ocho y las dos. Atiende avisos urgentes, tiene citados también por la tarde los jueves, y el resto de los días imparte clases y seminarios para los más nuevos en la profesión. A todo va y viene en bicicleta.
Ramón el urólogo está especializado en el trasplante de riñones, operaciones de 5 y 6 horas que realizada para la sanidad pública cuando le toca, tras haber pasado consulta diaria y atendido las cirugias programadas. El resto del tiempo lo dedica a la lectura de una forma cuasi profesional, quizás por deformación de lo mismo.
Patricia, la oncóloga, pasa la consulta, programa y controla la radioterapia del servicio y opera dos veces a la semana, en intervenciones siempre más allá de las tres horas. Nadie ha podido decirme cuando come o hace cualquier otra cosa. Parec alimentarse de algo que emana de los aparatos que utiliza y que mira con una intensidad que yo no había conocido nunca.
Puedo asegurarles que ninguno de los tres cobra un sueldo total de más de 3500 euros. Es decir lo que solían gastarse ( o gastar ) cualquier mujer de los implicados cada dos o tres días, generalmente en billetes de 500 para dar salida al excedente.
No me resultaría extraño que alguno de mis protagonistas esperara a los de Gurtel a la salida del Juzgado y le pegara un bofetón sonoro en sus cara de cretinos, revindicando en el gesto el esfuerzo, la constancia, la valía, la implicación y el compromiso para ganarse el pan nuestro de cada día. Entonces también estarían implicados.
No imagino una fórmula más surrealista de cerrar el círculo.