Diario de un editor

27 diciembre 2010

Nacimiento

Paso el final de estas tardes frente al nacimiento, todo apagado menos sus luces, oyendo algún concierto fácil y conocido. Me muevo entre las figuars del Belén y casi siempre alguna me atrapa, me lleva hasta ella y me cuenta su historia; mensajes del otro lado, gotas de rocio sobre la levedad del uno mismo.
Veo a San José cerca de la mula, inclinado hacia adelante, buscando la cara del niño, me imagino que deseando una sonrisa, que todas se las lleva la madre, dice entre dientes.
Por tres veces aquel carpintero cabal, mayor, casi viejo, recibió la visita de los ángeles. Cada visita, la posibilidad de un infarto. La luz cegadora, la música celestial, el miedo, la alucinatoria visión de lo divino.
El primer Angel le dijo que el niño lo había engendrado el Epiritu Santo y no ningún vecino, que estuviera tranquilo. El segundo, tras la extraña adoración de los pastores y de los Reyes venidos del Oriente, fue para decirle que andando, que hiciera las maletas y todos para Egipto hasta nuevo aviso. La última para mandarle volver porqué "ya habían muerto los que buscaban la vida del niño" , según el tenor de Mateo el evangelista.
!Vaya panorama !. Me imagino al hombre bueno y mayor, experto en lo cotidiano, gustador de vinos jóvenes y de las cosas bien hechas. Artesano consciente, enamorado de su joven mujer, deseoso de ella. Hombre de bien harto de los ángeles, de sus visitas y del descontrol en el que se había convertido su vida.
Gustavo Martín Garzo tiene una novela muy hermosa desde este planteamiento. Cuando termina Mozart enciendo la luz y voy a la estanteria para buscarla. Todavía leo un rato mientras noto que las figuritas se mueven y reclaman mi atención. ! Es Navidad !, dicen. Entonces me acuerdo. Todos los años les tengo que leer el cuento más hermoso jamás escrito : "Un recuerdo navideño" de Truman Capote.
Y así va pasando dulcemente el tiempo.

13 diciembre 2010

la botella

Según una pequeña anotación que tengo hoy es Santa Lucia, el día mas corto del año. Es decir el día con menos luz, la noche más larga.
Ayer, con busqué una ventana de mi casa para echar una siestecita y al despertarme poder leer con el sol, entre cristales, del invierno. Cuando me desperté estaba huyendo la luz, poco mas de las cuatro y media de la tarde. Me asusté un poco y me fui corriendo al nacimiento para moverme entre las luces verdes de navidad y el rojo de la bombilla pequeña del belén. En sus alrededores pasé lo que quedaba del día.
Para el editor, como para tantos, el sol es en buena medida la fuente de su energía, por encima de las grandes novelas y los vinos jóvenes. El sol del otoño ( sol de chepa), el sol del invierno( frío y sol , mezcla perfecta), el sol de primavera ( una sorpresa entre las nubes rápidas ), el sol del amanecer en verano, cuando los barcos de la Garrucha se hacen a la mar plácida del levante. El sol, ya les digo.
Hoy día de Santa Lucía, ni luz, ni sol. La botella casi vacia. Hay que volverse hacia los grandes sitios para encontrar un poco de esperanza. Veamos lo que les dice esto:
" No os inquiteís, pues, diciendo ¿ que comeremos ?, ¿ que beberemos ? o ¿ como nos vestiremos ? . Por todas estas cosas se afanan las gentes. Vosotros buscad primero el reino y lo demás se os dará por añadidura. Así que no os inquieteís por el día de mañana que el mañana traerá su inquietud " .
La paz proviene de la certeza de que estas cosas son verdaderas, tengo anotado yo en mi pequeño cuaderno de campo.