Diario de un editor

26 junio 2006

pequeñas

Vivo en una parcela pequeña que tienen de todo, como las barbies; pista de tenis, piscina, niños, mamás y ambiente familiar. Como podrán imaginar, la frecuento poco. No puedo sustraerme, sin embargo, a la observación, tendencia inevitable a imaginar otras vidas, otros mundos cercanos que pueden pasar por inexistentes.

Desde hace años , bastantes años, veo a un hombre mayor que recorre la parcela desde primeras horas de la mañana sin rumbo fijo. No habla con nadie, y pocos le hablan a el mismo. Para un rato en una esquina, parece interesarse por los jugadores, mira en el jardín, va y viene como los grandes animales de los zoologicos dentro de sus jaulas. Parece ir envejeciendo por momentos, y ahora mismo tendrá como diez o quince años mas de los reales. Le deben echar de casa de sus hijos pronto y da en eso como podría dar en otra cosa para librar su inútil batalla contra el tiempo. Ya esta dicho:

" Las habitaciones pequeñas hacen las cabezas pequeñas".

El editor, a veces, pasa por estos momentos entre los libros. Va y viene por autores comunes, por historias comunes, diciendo que no, tentando de abandonar, sin encontrar el sitio.. El hombre de la parcela parece avisarme de un peligro que conozco. Siempre he pensado que esos peligros son los peores.

19 junio 2006

rostros

Estoy pensando en sacar a la luz la tercera edición de " Las botas el italiano ", el libro que inaguró casualmente este proyecto que tiene ya algunos años de vida, tanto como años de muerte su autor que decidió irse cuando las cosas habían empezado a ponérsele de cara. El primer argumento sobre el suicidio ( sin contar excepciones, claro ) es que se trata de un error de cálculo. A lo que vamos.

Quisiera que el libro llevara un albúm de fotos que explicara la construcción del escritor, el como y porqué decidió gastar su vida en mirar y contar; en ir diciendo para decirse. A poco de ponerme he ido viendo que la simple sucesión de rostros en las diferentes edades es más que cualquier otra cosa. Que el rostro del otro es la gran puerta de nuestra obligación moral. Que nadie puede enfadarse con otro si logra imaginar que un día fue un niño montado en un caballo de cartón, mirando hacia el objetivo con la seguiridad que da no tener nada que contar, porque el mundo entero cabe en ese instante.

Viendo las fotos del rostro de mi amigo el escritor me he sorprendido pensando en el maligo. En que puesto ocuparía la maldad en un mundo lleno de rostros.

12 junio 2006

futbol

Comenzó el mundial, ganó Argentina. En la selección argentina parece como que hubieran guardado la memoria de fútbol. Al menos, del fútbol que yo tengo en mi cabeza. El portero sale, bloca el primer balón por alto y se acabó la historia. Dijo quién era desde el primer momento. Los centrales son dos tipos pequeñitos que saltan por encima de las cabezas de los gigantes y meten goles a las salida de corners. Tienen dos fieras en el medio del campo, luego uno que lleva la camiseta con el diez( el jefe) y dos delanteros muy listos de barrio que hacen gol en cuanto se les deja. Son un equipo de fútbol. Gente adulta que saben que tienen que ganar y ganan.

No pasa con los libros. Ni con los libros, ni con las peliculas, ni con los telediarios. Todo esta lleno de eternos adolescentes, gentes que lloran por nada, diferentes, almas en pena de los que pensaran que las meditaciones de Marco Aurelio son un volumen de autoayuda.

Uno que se siente bien en su edad, pasada ya de los territorios de la promesa, uno que goza de los grandes relatos y del guisqui de malta se llena de gratitud hacia la albiceleste y hacia los diarios de E. Jung que tiene entremanos. He desconectado de todo lo de más y a ver que pasa.

Otro día les cuento mis títulos preferidos sobre fútbol.

06 junio 2006

un recuerdo navideño

Durante mas de veinte años un relato ha ocupado mi corazón de editor. Siempre he querido hacer ese libro. Sabía que lo haría algún día. En buena medida he vivido para hacer ese libro. Se trata de un relato de Truman Capote titulado " Un recuerdo navideño". Es, sin duda, el cuento más bonito del mundo. Yo y el cuento hemos mantenido una larga historia plagada de emociones.

Por fin este año he decidido hacerlo. Papel artesano de Cuenca, ilustraciones de Jesus Capa, formato alto y elegante. Ciento cincuenta ejemplares a precio posible para cualquiera.

De pronto han comenzado las dificultades. La agencia quiere dinero por ceder los derechos, el traductor también, el papel se va a un precio casi imposible, no logramos encontrar alternativas de encuadernación....... En fin los problemas lógicos de todo libro importante. La marcha que le gusta al editor, la propia historia del libro en movimiento, lo suyo. Lo mio.

Sin embargo, no va. La bola no corre, que dirían los tenistas. En las profundidades se oyen extraños desajustes. No hay fuerza. El editor no encuentra una razón convincente para entrar en la pelea. " Bueno, pues no se hace", dice. El editor no encuentra la salida y casi no recuerda la primera vez que leyó el cuento y se dió cuenta que era suyo. No encuentra el latido secreto de la acción.

Así la muerte, piensa.