Diario de un editor

30 diciembre 2009

amigos

Los amigos configuran unas de las realidades secretas de las personas. Uno tienen amigos con los que la apariencia no denota afinidad alguna, amigos muy jóvenes, amigos ancianos. Una docena, no más, de gente variopinta que muestran su cercanía incondicional con una elegancia de raza superior, como venidos de un mundo de ensueño donde suceden las cosas de otra manera. Configuran, ya digo, un entramado particular que de forma real sustenta el mundo en el que nos movemos. Sin los amigos el universo se caería por su peso y eso que llamamos la realidad nos ahogaría sin remedio. Forman un cuerpo místico que tiene su esencia en la relación que va creándose entre unos y otros. Los amigos de los amigos, según el relato de Henry James.
El cristianismo trajo a escena la obligación moral de perdonar a nuestros enemigos. Algo duro e insólito pero sin gran calado. Aquí lo difícil de verdad es perdonar a un amigo. Esa es la cuestión cuando uno va teniendo la edad en que el engaño ha dejado de figurar en el catálogo de posibilidades. Feliz año.

22 diciembre 2009

el tigre

El nacimiento que monto cada año, con tierra del pinar y musgo del jardín de mi amigo Antonio, se sustenta sobre una vieja figura que compró mi padre el año en que yo nací, según me contaba, en la Plaza Mayor de Madrid, donde gustaba de inagurar sus navidades. Aquel espíritu realmente mensajero tenía esas cosas tan elegantes de cifrar estaciones y fechas con su propios ritos. La figura en cuestión representa a un pastor en medio de la noche haciéndose unas gachas para aguantar el tirón, que dirían los castizos. El tío de las gachas es seguramente el último reducto material de su visión del mundo y , desde luego, la última figurita del belén de los Martínez que tuvo cierta fama entre la vecindad de cariño y polvorones.
Mi nacimiento se monta a partir del misterio y luego ya, en razón del tío de las gachas. Vienen después a colocarse los reyes , las casitas de Cuenca y Mojácar, el río de papel de plata, los patos, las lavanderas y el resto. Dejo unas estrellas de pegar por si cualquier visitante quiere poner la suya, enciendo las luces lo doy por inagurado hoy, la fiesta de la lotería.
Un tigre, sin embargo, se ha colado en el ceremonial desde hace años. No se bien como llegó ni que hacia el año siguiente en las cajas del nacimiento, ni de donde provino su insistencia, pero forma parte ya de mi pequeña historia y tiene puesto fijo en el entramado tan especial del montaje. Hay que buscarle hueco porqué no es fácil, y unas veces aquí y otras allí, el tigre encuentra su sitio, se instala y deja que caigan preguntas y estrañezas sobre su presencia.
¿ Pero que coños pinta un tigre aquí ?, dicen los novatos.
Se de antemano que los chinos dirán que ya lo han dicho ellos, pero todos llevamos un tigre dentro. En nuestras propias cajas de nacimiento hay siempre un tigre, algo que no sabemos a que viene, un asunto que hay que acomodar, un extraño, un peligro para elequilibrio general del universo. Todo consiste en encontrarle el hueco. Si lo pide con insistencia, con la repetición de los grandes, el tigre tiene que estar ahí puesto. A la vista de todos. Que nadie diga que andamos escondiendo las rarezas.

15 diciembre 2009

el expediente

Releo, al calor de los días equívocos de la navidad, " El Expediente ", la magnífica novela de Timothy Garton sobre la Stasi alemana. Esta inteligencia tan británica por lo exhaustiva, me acompaña hasta los territorios de mis carencias siempre expuestas a los vientos de los brillante. Hay que ser sublime sin interrupción , dijo Boudelaire. Nada más torpe.
Un joven historiador se adentra en el mundo alemán de los setenta y comienza a especialiazarse en los movimientos de resistencia al nazismo. Por ese camino llegue a los territorios de la resistencia a los dictados comunistas y al nacimiento del fin de los muros. Llegado este vuelve a la Alemania democrática ( joder, da miedo escribirlo ) y se encuentra con que él mismo tenía un expediente con la Stasi donde amigos y allegados habían informado de sus andanzas sin que hubiera sospechado lo mas mínimo. El autor entonces decide investigarse a y comparar la demencia policial con su propia realidad personal.
¿ Como es posible que sucediera todo esto ? ¿ Como es posible que maridos, hermanos, íntimos y compañeros se prestaran a un juego tan siniestro ?.
Uno de los pilares del autor para contestar a tal interrogante es el análisis de las famosas virtudes secundarias: deber, lealtad, puntualidad, limpieza, laboriosidad.....
Reforzando su importancia y ofreciendo así un salvaconducto moral a los verdugos, los propios nazis y los confidentes ciudadanos fueron contruyendo el infierno.
Solo de pensarlo se le ponen a uno los pelos como escarpias. Y lo peor es que el asunto sigue resonando en las cocinas del alma. Nada nos es tan propio como lo ajeno.

09 diciembre 2009

bebidas

Que yo recuerde, no tengo ningún amigo que beba coñac. El coñac es una bebida difícil, una manifestación rara que nos envía directamente al territorio del sufrimiento y de la dureza del empeño por olvidar. El cogñac es una bebida de solitarios, una bebida de vaso de agua, un hábito de bujarrones para corregir el estilo. El cogñac, como tantas cosas, solo es soportable si es muy bueno. Entonces se transforma y se convierte en un milagro. Un cogñac francés, una par de veces al año, previene al cáncer de alma según asegura un estudio de la universidad de Tanzania en colaboración con la de Castilla la Mancha.
El gin-tonic debe tomarse por la mañana, el albariño con carne roja, los orujos son todos pecado salvo los que guardan para ellos algunos maitres de lugares insignes, el cava siempre de Agustí Torelló y el clarete de Corcos de Aguilarejo. Después de años de bebedor, estos son los secretos que guardo. Sobre el guisqui solo recordar el viejo aforismo escocés, creo:
" El día en que cada hombre sepa su ración exacta de guisqui se acabarán los médicos".
Hace unos días estuve en Segovia con Juan Arnuncio, el arquitecto que cuida de las catedrales. Estuvimos viendo los males de unas piedras y la grieta enorme que cruza la parte final de la hermosa dama. Sobre la una y media- un momento sin funcionarios normalmente-nos metimos en La Concepción a tomar un dray Martini.
El dray es la bebida del caballero. Admite una sola unidad, se requiere bastante silencio y no pasa del cuarto de hora. Luego o decides comer o irte para casa. De ahí que joda tanto el que los restaurantes no sepan estar a la altura.
El dray tiene un olor a amistad profunda y a recuerdos. Convendría decírselo a los del botellón antes de que sea tarde. Antes de que lleguen a ese punto- el nuestro- en que sea demasiado tarde para todo.