Diario de un editor

26 agosto 2013

Tecnologia y comunicación

Paseo por el amor y la muerte con una eminencia de la medicina. Amparados en la vieja amistad pasamos un día entero hablando , de la mañana a la tarde, evitando la noche refugio histórico de las falsas intimidades. La medicina interna, cobijo de tantos profesionales equivocados, se alza ahora como paradigma de la encrucijada el la que se va perdiendo el oficio de los antiguos dioses. Historias de cátedras, anécdotas de cobras trepadoras, recuerdos de muertes dignas, revindicación de los maestros. Vamos tocando todos los palos hasta llegar a lo que él entiende como el corazón de las tinieblas. " la medicina vive en el dilema fundamental de intentar equilibrar la tecnologia y la comunicación. Me imagino que no te resultara difícil imaginar quién va ganando", me dice. No sabemos su comprar más escaner o invertir en serio en formar en comunicación a nuestros residentes. Humanizarlos, capacitarlos para que puedan trasladar al paciente lo que dice la máquina sobre ellos, las posibililidades que tenemos para elijan como hacer el tránsito ; como pasar de sano a enfermo y quedarse allí por un tiempo inevitable. Luego hablamnos mucho rato de pintura, de la primera vez que vimos juntos el cuadro de Monet ( impresión ) en la excursión a Paris con los curas del colegio. Hablamos de familias, del alholismo como plaga secreta de nuestra generación, de los hijos, del buen gusto... . hablamos sin darnos cuenta que estamos al borde de comenzar a echar las cuentas. Tecnologia y comunicación, ese es el asunto. Me insiste en la despedida. ¿ Les suena a algo ?.

19 agosto 2013

Cervantes en agosto

La realidad es verdadera pero no suficiente. La idealidad es suficiente pero no es verdadera. En esa tensión se va construyendo don Quijote como personaje, señaló el poeta Luis Rosales en su día. La intuición cervantina fue colocar el fracaso como corazón del asunto. Hay que atreverse a vivir. hay que atraverse a fracasar como consecuencia del intento. Hay que fracasar para poder conocer nuestros límites y nuestra verdad más íntima. Cervantes quiso enseñar al mundo la gran lección que había aprendido de su vida ejemplar y heroica como pocas: la manera risueña, desatinada y grandiosa de llevar el fracaso. No hay otra.
Leo estas tardes de agosto las malandanzas de la primera parte y el ensayo de Rosales tan dragado de bondad y de intención . Me doy cuenta de que Cervantes sabía lo que hacía. Secuestrado por los académicos y por los profesores, nadie parece conceder al autor una lectura artística, una lectura desde dentro que evite el contexto histórico y personal del escritor. Un intento de lectura desde el corazón en el que se encuentra esa sabidura, la mano de hierro que tenía el manco para gobernar su universo narrativo. Cervantes sabía lo que hacia con los fracasos del caballero hidalgo. Como Castaneda, tantos años después, hubiera podido escribir al respecto :
" para mí solo recorrer los caminos que tienen corazón, cualquier camino que tenga corazón. Por ahí yo recorro y la única prueba que vale es atraversar todo lu largo. Y por ahí yo ando mirando, mirando sin aliento ".

12 agosto 2013

Pisarro

Visita a la exposición de Pisarro en Madrid.. ¿ Que tienen los impresionistas que a tanta gente convocan y emocionan ? ¿ Que tienen que su presencia nos mejora y hace aflorar nuestras nostalgias, nuestras lágrimas más discretas y gentiles ?. ¿ Que tienen, que son capaces de convertir una muestra en un acto social delicado y elegante ?.
Pisarro tiene, por de pronto, una y discreción y una humildad que le permite enfrentarse al campo , al mundo rural, a la vida en el camp, sin importunar a las grandes cuestiones de la trascendencia que siempre vienen aparejadas a la contemplación de la naturaleza. Elige el campo frente a la naturaleza, el campo de la Francia profunda que no se olvida nunca , aunque lo viéramos por primera vez desde el autobús de los jóvenes. Pisarro es un pintor de caminos y de personajes cuya misión última consiste en configurar definitivamente el paisaje. Como nosotros. Tiene este pater familias del impresionismo la seguridad , la serenidad que otorga no haber estado nunca en corral ajeno.
Muchas veces cuando me despierto de la siesta me quedó mirando un cuadro de Manet con unas barcas y una mujer contemplando la luz reflejada entre las aguas. Fue el reclamo de una exposición que sobre los impresionistas tuvo lugar en el metropolitan de New Jork hace ya algunos años. Su presencia me tranquiliza , me ayuda en el tránsito de ponerme nuevamente a disposición del día.
Puede que sea esa la explicación que me resulta más cercana a los porques de los impresionistas: la dosis de optimismo que nos aportan. El regalo de un optimismo que proviene directamente de la vida. De su devenir. De su movimiento siempre a favor del crecimiento. Después de una exposición como esta no hace falta grandes cosas. Una tortilla de bacalao, una ensalada, un par de vasos de sidra y una vuelta tranquila al calor del hogar, al fuego lento de las cosas pequeñas. Un paseo por el instante, por la impresión , tiene estas sorpresas. Resulta inquietante pensar como hay personas que se preguntan para que vale el arte.