la vuelta
" El descubrimiento de la lentitud " es una buena novela de Sten Nadolny que se ayuda de la vida del marino John Franklin para desarrollar las claves del desconocido mundo de los lentos. Yo recuerdo haberla regalado un par de veces siempre como mucho éxito y para sorpresa del homenajeado.
A mí ahora ( desde hace años para se más exactos ) me preguntan mucho por lo que quiero hacer , en general o en particular, y suelo contestar que estarme quieto. Mi anhelo principal es la quietud, el encontar un sitio desde donde mirar el mundo. Atento, gozoso, emboscado, encastillado , el lento pasa la vida en busca del detalle que pueda reconstruir el desastre.
La vuelta esta del final del verano- septiembre para entendernos- altera un poco a los lentos que no son de alterarse con facilidad , para ser sinceros.
El editor tiene que ponerse ya en en serio con el libro que se presenta en octubre, comenzar a pensar en el de primavera, hablar con unos y con otros. Al pensarlo siente el vértigo de no saber de dónde sacara las fuerzas. Luego respira hondo como el viejo león y salta por la presa.
Durante un par de semanas irá y vendrá. Cenará y comerá con otros. Peleará como si fuera la primera vez y volvera a ilusionarse como un colegial con el amor romántico y torpe.
Quién le vea pensará que está hecho un tío.
El editor en el fondo, sin embargo, seguira pensando que lo que de verdad le gusta es estarse quieto.
De contradicciones vive el hombre.
A mí ahora ( desde hace años para se más exactos ) me preguntan mucho por lo que quiero hacer , en general o en particular, y suelo contestar que estarme quieto. Mi anhelo principal es la quietud, el encontar un sitio desde donde mirar el mundo. Atento, gozoso, emboscado, encastillado , el lento pasa la vida en busca del detalle que pueda reconstruir el desastre.
La vuelta esta del final del verano- septiembre para entendernos- altera un poco a los lentos que no son de alterarse con facilidad , para ser sinceros.
El editor tiene que ponerse ya en en serio con el libro que se presenta en octubre, comenzar a pensar en el de primavera, hablar con unos y con otros. Al pensarlo siente el vértigo de no saber de dónde sacara las fuerzas. Luego respira hondo como el viejo león y salta por la presa.
Durante un par de semanas irá y vendrá. Cenará y comerá con otros. Peleará como si fuera la primera vez y volvera a ilusionarse como un colegial con el amor romántico y torpe.
Quién le vea pensará que está hecho un tío.
El editor en el fondo, sin embargo, seguira pensando que lo que de verdad le gusta es estarse quieto.
De contradicciones vive el hombre.