Diario de un editor
16 octubre 2024
19 mayo 2023
VOLVER
Volvemos a publicar historias del deporte, recuerdos y prosa lírica, buena parte del corazón de esta pequeña editorial que se ha ido haciendo más resistente en la medida que se iba poniendo vieja: "el coronel Aurelieano Buendía que promovió 32 levantamientos armados y los perdió todos", dijo Márquez.
Volver, insistir, repetir... El futuro de nuestro mundo pasa porque descubramos dónde perdimos el paso en algún lugar del siglo pasado. Hoy por hoy el progreso es el regreso, señaló Octavio Paz . Aún más, la repetición es el patrimonio de los grandes, subrayó Marco Aurelio el emperador de moda.
En esa línea nos gusta cobijarnos, mientras, ahí fuera, arrecia la tormenta. Votar tapándose las narices es un ejercicio de ilusionistas. Menos mal que al final podemos volver a los libros. Y en esas estamos.
30 abril 2021
UNA SOLEMNIDAD IMPROPIA
09 marzo 2021
TRATO Y TRATAMIENTO
En su día la ley orgánica general penitenciaria, primera de su clase tras la restauración democrática y aprobada por aclamación en el nuevo parlamento de 1978, acordó el espinoso tema de la vida en privación de libertad desde dos conceptos básicos: régimen y tratamiento.
16 febrero 2021
LA MIRADA AMABLE
La mirada amable es propia de los hombres inocentes, y de los pintores. Traspasa lo mirado y va directa al corazón de los asuntos. Con la rapidez del rayo, llega mucho antes que la razón. Por eso resulta peligrosa.
Otorga atención a lo pequeño, a los márgenes, a lo poco llamativo, a lo que no tenemos por importante. Concede hospitalidad a los objetos y a los acontecimientos que vienen y van, mostrando la unidad de las cosas, el paso fugaz de la brisa que perseguimos incluso sin saberlo.
La mirada amable del pintor escucha y ve por nosotros, porque ha dejado de escucharse a sí misma. Debemos a los pintores ese esfuerzo por ver lo que nosotros no vemos, aun teniendo la realidad frente a los ojos.
“La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso, pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá! ” (San Mateo 6,20)
Nunca había reparado en este pasaje evangélico. Estaba ahí y no lo veía. Tampoco ellos habían sido capaces de iluminarlo en su incesante ruido.
04 febrero 2021
AMABILIDAD
Alguien dijo al comienzo de esta pesadilla que nos íbamos a volver más humanos. Que íbamos a sacar lo mejor de nosotros mismos. Los escépticos miraron para otro sitio, y los cínicos bufaron para espantar al maligno. Los sensibles se taparon las narices y aceleraron el paso.
No seré pesado con los detalles, pero permítame decirles que echo de menos cada día la amabilidad de otros tiempos. Las cajeras se han vuelto contra las personas mayores por su lentitud, los vecinos han dejado de saludarse en el garaje, los médicos no te invitan a sentarse, es complicado anotar los episodios de deferencia entre desconocidos…
En la amabilidad reconocemos al otro como un ser independiente de nosotros; celebramos su otredad, la incorporamos. Manifestamos nuestro sentimiento de hermandad en este trance que nos está minando; cedemos el paso aunque sea de cebra, o lo agradecemos con un saludo mínimo de los que reconfortan a quien lo recibe.
Parece mentira, pero la amabilidad es la puerta de salida a todo este embrollo. Estoy seguro. Debajo de los adoquines está la playa. Tenían razón en Nanterre.
17 diciembre 2020
AFINIDAD
Las primeras bibliotecas de las que tengo recuerdo se ordenaban por materias. Eran bibliotecas familiares donde la novela policíaca, los novelistas católicos (Bernanos, Green), o los autores de la época (Mika Waltari, Morris West) compartían estantería con otras, dedicadas a los clásicos, o a los españoles de postguerra con Delibes a la cabeza, y para mí, la trilogía de Gironella que he vuelto a leer varias veces en mi vida.
Era un orden que parecía firmemente asentado, sin fisuras, gracias a la claridad de conceptos y gustos, a que se publicaba poco, y a que se compraba menos , incluso para los que eran proclives a esas debilidades. Tampoco mi padre (un buen lector), ni sus amigos más cercanos eran expertos, con lo que la biblioteca de la calle de Capuchinos Viejos, resultaba muy apañada, en torno a unos 300 ejemplares, que se apoyaban unos en otros, guarecidos tras un par de buenas enciclopedias.
La última vez que tuve que ocuparme del orden en mi biblioteca, los volúmenes pasaban ya de tres mil , y me vi en la necesidad de comenzar a tirar en el cambio de casa. Llevaba los libros en montoncitos hasta algún contenedor cercano, con la torpe ilusión de que llamarían la atención de alguien. Nadie había mostrado el menor interés por ellos, salvo un tratante que me ofreció un precio alzado por todos, con la intención de quedarse en el lote la biografía de Astrana Marín sobre Cervantes, con una encuadernación castellana muy bonita que había comprado en Madrid hace unos años. Le dije que esperaría un poco.
Mi biblioteca ha pasado por varios intentos de orden desde su nacimiento. Nacionalidades, autores, tipos de edición, editoriales, o ciertas cronologías, sin lograr asentarse con firmeza bajo ninguna opción. Poco a poco ha ido decantándose, ella sola, hacia la afinidad que es una fórmula más personal y sincera que sirve para casi todo, incluidas las relaciones familiares y sociales. Quien más y quien menos sabe de lo que hablo.
Escritoras sureñas americanas, escuela de Viena, fútbol, diarios y rusos, son algunos de mis rincones que vaya donde vaya siguen creciendo conmigo. Quizás porque hace un tiempo que ya no crezco, algunos de mis libros se han quedado desparejados y no encuentran acomodo. A todos nos pasa. A mí me pasa mucho.