04 febrero 2021

AMABILIDAD

Alguien dijo al comienzo de esta pesadilla que nos íbamos a volver más humanos. Que íbamos a sacar lo mejor de nosotros mismos. Los escépticos miraron para otro sitio, y los cínicos bufaron para espantar al maligno. Los sensibles se taparon las narices y aceleraron el paso.

No seré pesado con los detalles, pero permítame decirles que echo de menos cada día la amabilidad de otros tiempos. Las cajeras se han vuelto contra las personas mayores por su lentitud, los vecinos han dejado de saludarse en el garaje, los médicos no te invitan a sentarse, es complicado anotar los episodios de deferencia entre desconocidos…

En la amabilidad reconocemos al otro como un ser independiente de nosotros; celebramos su otredad, la incorporamos. Manifestamos nuestro sentimiento de hermandad en este trance que nos está minando; cedemos el paso aunque sea de cebra, o lo agradecemos con un saludo mínimo de los que reconfortan a quien lo recibe.

Parece mentira, pero la amabilidad es la puerta de salida a todo este embrollo. Estoy seguro. Debajo de los adoquines está la playa. Tenían razón en Nanterre.


1 Comments:

Anonymous Benito said...

Bien dicho (y escrito)

18:23  

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