18 junio 2012

singularidad

Leo en la prensa que un Juez inglés ha ordenado alimentar a un antigua estudiante de medicina de 32 años atrapada en los laberintos de la anorexia desde su infancia , a pesar de " que para ella - dice el magistrado- el tratamiento no es ya una intrusión en su cuerpo del tipo mas íntimo posible , sino una imposición a su voluntad que ella vive como algo abusivo".
Después de admitir la dificultad del caso y sus propias limitaciones personales llega al corazón del asunto, el lugar donde estaba escondida la razón de su decisión:
" Ella es un persona especial, cuya vida es valiosa; no lo ve así en estos momentos, pero puede que sí lo haga en el futuro ".
En esta singularidad radica el secreto del ser como depositario de la vida. La vida que conocemos tiene esa particularidad que siempre nos sorprende. La florecilla primaveral que nos encontramos en el campo, el amancer que nos pilla cuidando el breve sueño de un familiar enfermo, la luz entre cristales, el trote elegante de las jóvenes perdices  ... momentos mágicos de vidas breves y únicas. ! Que decir de los hombres ! la salsa de la biografía sobre el pastel de sus ingredientés básicos las hece irrepetible. Cualquiera que haya perdido un ser querido, su pareja, sabe que el que se fue resulta irrepetible , que su vacio no puede ser llenado por nadie. Que aquel era único en medio del mundo. Hay que procurar retener esta lección ante el tiempo oscuro  que los mercaderes nos tienen preparado.
Nuestro juez concluye su argumento:
" Solo vivimos una vez y morimos una vez y la diferencia entre la vida y la muerte es la diferencia mas grande que conozco. Tiene que ser alimentada quizás para que sea ella quién decida , cuando esté en condiciones de hacerlo por si  misma, que quiere hacer con su vida ".
Voy a mover un par de resortes para hacerme con la sentencia completa. Quizás en ese esfuerzo no busque mas que el rostro del hombre bueno que tras pensar en serio , como le exige su oficio, ha sido capaz de decirnos cosas tan sabias.