animales
Hasta San Anton, Pascuas son, dicen las figurillas de mi nacimiento, para que no las quite y las meta en la caja hasta el año que viene. Bueno, digo , sabiendo que me hacen mucha compañia, que estaría encantado de tenerlas todo el año conmigo y no me atrevo por el que dirán y eso.
Pasado San Antón se acaban las disculpas pero siempre queda algo para alargar el asunto. Este año como viene mi prima Cristina y su hija para oir un concierto de Falla muy bonito pues ya está. Se quedan hasta Febrero dando calor al salón y cuidando la casa cuando me voy a trabajar, mayormente.
No obstante pienso ya en su cuidado por la hibernación que se viene encima. El tío de las gachas que es el decano, la figura que me ha regalado Paula este año, el tigre que tenemos adoptado, la mula y el buey, los patitos...
De pronto me doy cuenta de la cantidad de animales que forman parte de mi entorno. De mi perro y de mi gato que ya se han ido. De Homer, de Maul que tambien se fue sin hacer ruido. Los animales para alguans generaciones son un referente vital, algo nuestro, la alegría, tantas veces, de la huerta.
Confundir un animal con una persona es un error insoportable. Confundirlo con una bestia, un delito. Los animales, así de cerca, nos hablan en un lenguaje que se perdió hace mucho y del que algunos niños son depositarios. Una lengua franca mediante la cual se comunicaba el universo.
Por las noches cuando enciendo la luz del nacimiento y me quedo mirando las figurillas de los animales siento que voy a romper a hablar con ellos, igual que se siente que uno va a romper a correr después de largos meses de enfermedad y desánimo.
Los animales, ¿ como decirlo ? siempre están dispuestos a escucharnos.
Pasado San Antón se acaban las disculpas pero siempre queda algo para alargar el asunto. Este año como viene mi prima Cristina y su hija para oir un concierto de Falla muy bonito pues ya está. Se quedan hasta Febrero dando calor al salón y cuidando la casa cuando me voy a trabajar, mayormente.
No obstante pienso ya en su cuidado por la hibernación que se viene encima. El tío de las gachas que es el decano, la figura que me ha regalado Paula este año, el tigre que tenemos adoptado, la mula y el buey, los patitos...
De pronto me doy cuenta de la cantidad de animales que forman parte de mi entorno. De mi perro y de mi gato que ya se han ido. De Homer, de Maul que tambien se fue sin hacer ruido. Los animales para alguans generaciones son un referente vital, algo nuestro, la alegría, tantas veces, de la huerta.
Confundir un animal con una persona es un error insoportable. Confundirlo con una bestia, un delito. Los animales, así de cerca, nos hablan en un lenguaje que se perdió hace mucho y del que algunos niños son depositarios. Una lengua franca mediante la cual se comunicaba el universo.
Por las noches cuando enciendo la luz del nacimiento y me quedo mirando las figurillas de los animales siento que voy a romper a hablar con ellos, igual que se siente que uno va a romper a correr después de largos meses de enfermedad y desánimo.
Los animales, ¿ como decirlo ? siempre están dispuestos a escucharnos.
2 Comments:
Guau, muy bonito...
Al leer este texto del editor no he podido evitar recordar otro de Umbral... en él, hablando también de los animales, decía: "todas las especies son inocentes...todas tienen la gracia original del paraiso y viven en una dulce infancia...", "no creo que los animales sean nuestros hermanos, sino las criaturas naturales que habitan el presente absoluto, inmortal porque ignoran la muerte y melancólicas porque su Dios es el hombre y saben que el hombre no es bueno..."
Sólo quien ha tenido perro, por hablar de algo cercano a mí y ponernos menos cursis, sabe lo que es ser bienvenido al llegar a una casa, sabe lo que es ser esperado...
L.Q.
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