un tesoro
En el traslado de la casa de mi madre ( 83 años ) aparece una pequeña libreta con letra de mi padre que anuncia en su título algunas anotaciones sobre la guera. En realidad, con una caligrafía perfecta y una conservación extraordinaria, se trata del recorrido puntual de aquel hombre durante los años del horror y la verguenza. No hay ni un solo adjetivo, ni una licencia. Comienza así:
" Me evadí a la zona nacional un dos de noviembre de 1938 por el frente de Aragón".
Entre otras cosas el texto deja en evidencia - dicen mis primeras notas - algo sobre lo que muchas veces hemos reflexionado: el hecho literario tiene un gran componente que se nutre de lo no dicho.
¿ Que hizo mi padre entre el 18 de julio de 1936 y el 2 de noviembre de 1938 ? , por ejemplo. ¿ Como pudo mantenerse a salvo de las delaciones o de los encuentros fortuitos con " gente del otro lado" en el que él precisamente estaba ?.
Hay explicaciones de marcado carácter histórico-social que pueden ayudar a entenderlo como el hecho incuestionable de que había mucha gente así, que el tejido social era mucho más fuerte que el político, que cualquier traición podía provocar el efecto dominó, que casi todos tenían algo que ocultar, etc.
También están mis recuerdos de cuando mi padre contaba ( era un gran contador, pero hablaba muy poco de la guerra ) y que a la vista de esta libretilla de notas parecen encajar como anillos recién pulidos. Hablaba de su vida en Valencia emboscado en una pensión con un par de curas y gentes de la FAI; ya no recuerdo bien si era el mismo el que representaba el personaje anarquista o eran los compañeros de pensión. ¿ Que más da ? . Ambas alternativas son de por sí novelas de las gordas.
Queda por último la posibilidad de algún acontecimiento extraordinario, alguna ligazón personal con el mundo de aquellos días, que se convierte como por encanto en cierta. Espionaje, una mujer, un familiar, un hombre bueno. Un milagro. Un hilo conductor en medio de la catátrofe.
Reconstruir el texto, hacerlo presentable, tiene que ver con la profundización en estos tres apartados, aunque a uno le tire más dejarlo limpio, presentarlo tal y como está: desnundo.
Los años cruciales de un hombre al que le quedaba mucho por sufrir. Seguro que a él, entonces, le hubiera parecido imposible.
" Me evadí a la zona nacional un dos de noviembre de 1938 por el frente de Aragón".
Entre otras cosas el texto deja en evidencia - dicen mis primeras notas - algo sobre lo que muchas veces hemos reflexionado: el hecho literario tiene un gran componente que se nutre de lo no dicho.
¿ Que hizo mi padre entre el 18 de julio de 1936 y el 2 de noviembre de 1938 ? , por ejemplo. ¿ Como pudo mantenerse a salvo de las delaciones o de los encuentros fortuitos con " gente del otro lado" en el que él precisamente estaba ?.
Hay explicaciones de marcado carácter histórico-social que pueden ayudar a entenderlo como el hecho incuestionable de que había mucha gente así, que el tejido social era mucho más fuerte que el político, que cualquier traición podía provocar el efecto dominó, que casi todos tenían algo que ocultar, etc.
También están mis recuerdos de cuando mi padre contaba ( era un gran contador, pero hablaba muy poco de la guerra ) y que a la vista de esta libretilla de notas parecen encajar como anillos recién pulidos. Hablaba de su vida en Valencia emboscado en una pensión con un par de curas y gentes de la FAI; ya no recuerdo bien si era el mismo el que representaba el personaje anarquista o eran los compañeros de pensión. ¿ Que más da ? . Ambas alternativas son de por sí novelas de las gordas.
Queda por último la posibilidad de algún acontecimiento extraordinario, alguna ligazón personal con el mundo de aquellos días, que se convierte como por encanto en cierta. Espionaje, una mujer, un familiar, un hombre bueno. Un milagro. Un hilo conductor en medio de la catátrofe.
Reconstruir el texto, hacerlo presentable, tiene que ver con la profundización en estos tres apartados, aunque a uno le tire más dejarlo limpio, presentarlo tal y como está: desnundo.
Los años cruciales de un hombre al que le quedaba mucho por sufrir. Seguro que a él, entonces, le hubiera parecido imposible.
1 Comments:
A mi abuelo madrileño, que era muy de derechas, le toco luchar en el bando llamado republicano. La guerra tuvo grandes absurdos como este y otros.
Publicar un comentario
<< Home