Antologia
Trajino estos días con un libro fronterizo entre la poesía y todo lo demás: Antología de Spoon River en una edición reciente de Cátedra. Yo tenía una antigua de Barral ( 1974 ) pero , por entregarme un poco a las explicaciones y al texto completo, me he comprado la novedad que es , desde luego, mejor pero mucho más fea. No tiene color. Me quedo con la mía.
Antologia de Spoon River está construida sobre los epitafios del cementerio de un pueblo imaginario en el entorno del estado americano de Illinois. Los cemeneterios , como las catedrales, fueron en su momento lugares de encuentro social , de vida ciudadana. Algo muy parecido a las formas de los gitanos en relación con la muerte, según cuentan los expertos. En los cementerios hay una geografía de la muerte muy parecida a la de la vida pero con más verdad. Con una verdad a la que estamos muy poco acostumbrados. Una vez encontré en uno de los diarios de Andrés Traipello un epitafio que desde entonces es mi preferido :
" ya te dije que estaba enfermo".
" Nunca he visto la diferencia/ entre jugar a las cartas por dinero/ y vender inmuebles,/ ejercer el derecho, ser banquero o cualquier cosa./ Porque todo es azar./ Y , sin embargo , / ¿ ves a un hombre diligente en sus asuntos ?/ ! Al servicio de reyes estará !."
Los epitafios de Spoon River, que es un libro que merecería no tener autor , configuran un mundo, retratan a un pueblo, a un país, a un mundo. Son literatura. El libro tiene la difucultad de su ubicación en la biblioteca. ¿ Poesía ? ¿ Novela ?. Una discusión estéril. Para eso está la categoría de cabecera.
Antologia de Spoon River está construida sobre los epitafios del cementerio de un pueblo imaginario en el entorno del estado americano de Illinois. Los cemeneterios , como las catedrales, fueron en su momento lugares de encuentro social , de vida ciudadana. Algo muy parecido a las formas de los gitanos en relación con la muerte, según cuentan los expertos. En los cementerios hay una geografía de la muerte muy parecida a la de la vida pero con más verdad. Con una verdad a la que estamos muy poco acostumbrados. Una vez encontré en uno de los diarios de Andrés Traipello un epitafio que desde entonces es mi preferido :
" ya te dije que estaba enfermo".
" Nunca he visto la diferencia/ entre jugar a las cartas por dinero/ y vender inmuebles,/ ejercer el derecho, ser banquero o cualquier cosa./ Porque todo es azar./ Y , sin embargo , / ¿ ves a un hombre diligente en sus asuntos ?/ ! Al servicio de reyes estará !."
Los epitafios de Spoon River, que es un libro que merecería no tener autor , configuran un mundo, retratan a un pueblo, a un país, a un mundo. Son literatura. El libro tiene la difucultad de su ubicación en la biblioteca. ¿ Poesía ? ¿ Novela ?. Una discusión estéril. Para eso está la categoría de cabecera.
3 Comments:
Yo creo que los libros de tapa dura quedan mejor colocados y visten más las estanterías de las bibliotecas que las ediciones de bolsillo. Sin embargo éstos últimos tienen muchas más ventajas; por ejemplo, como no pesan en exceso se trasladan sin dificultad en los viajes y, por otro lado, son mucho más manejables cuando los leemos acostados.
"Una casa sin libros es una casa sin dignidad".Cita de Edmundo de Amicis.
Me comentaban el otro día que, en un pueblecito de La Rioja, como en otros tantos lugares, los juegos de cartas trajeron la ruina e, incluso, la muerte.
Es verdad que en los cementerios hay una geografía de la muerte, a mi me llaman la atención los panteones de algunas familias, supongo que adineradas, con ángeles y vírgenes con cara de alabastro en contraste con las tumbas a ras de tierra, nichos o columbarios. Ahora está de moda guardar las cenizas en ciertas iglesias y se paga por ello una especie de alquiler. Claro que de ese modo se evita tener las cenizas en casa.
A principios de año un amigo mío compró el piso de una persona recientemente fallecida, y estaba pletórico con el precioso búcaro que le habían dejado sus herederos. Tan contento estaba que, decidió depositar en aquel bello objeto unas flores que había comprado para su mujer, para darle una sorpresa. Pero cuál fue su asombro al ver allí las cenizas de don Ramón.
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